Cuando comenzamos a redactar nuestra tesis tenemos la idea de que debemos mantener una redacción lineal en la que cada texto leído, idea surgida, o reflexión, tenga que encajar a la perfección con lo último que escribimos.
Pero esta idea es totalmente falsa.
Si bien, nuestra tesis merece una redacción clara, una propuesta coherente, y una reflexión adecuada, nosotros podemos redactar fragmentos que correspondan a otro momento del cuerpo de nuestra tesis.
Sin embargo, esos pequeños fragmentos no van a colocarse de forma bruta en nuestro proyecto, sino que deberán permanecer pacientes en otro archivo momentáneo, donde eventualmente podrán salir a la cancha e integrarse al texto en la mejor zona posible.
Es por ello que la riqueza ofrecida por cada idea que surja durante nuestra redacción merece ser registrada, cuidada, añadida, y perfeccionada.
Nunca olvidemos que una gran idea fue el primer paso que te está llevando a hacer #MasQueUnaTesis
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