¿Cuántas veces nuestras expectativas exceden nuestra realidad? esta pregunta se responde por cantidades, y entre más grande sea esta cantidad, posiblemente, más grande es nuestro nivel de desorganización. En este sentido, existen personas que les cuesta mucho organizarse y más cuando se trata de su tiempo, pero tenemos una buena noticia, tiene solución.
Para resolver nuestro desorden existen varios métodos, entre ellos, uno de los más efectivos es el que hoy proponemos, el cronograma.
Un cronograma es una matriz que da estructura temporal a nuestras actividades. Puede ser que registremos cuando hacemos ejercicio, cuando comemos, trabajamos, dormimos, platicamos con nuestros seres queridos, etc. siempre y cuando pongamos límites temporales a nuestras actividades, pues es ahí donde otorgamos espacios de concentración máxima a nuestras actividades consideradas.
Es recomendable que cuando creemos nuestros cronograma no tengamos ideales sobre nuestros tiempos, es necesario que realicemos el cronograma conforme a nuestra realidad. Además, debemos ser disciplinados con nosotros mismos para que no se nos pase ninguna actividad.
Entonces, si definimos un momento para trabajar sobre nuestra tesis, estamos garantizando un avance continuo incidiendo directamente en nuestro proceso tesístico.
Hacer un cronograma nos ofrece múltiples herramientas, nos aproxima un poco más a la certidumbre y nos facilita hacer #MasQueUnaTesis.
Gracias a Carope Cortés por compartirnos la plantilla de su cronograma.
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